El cyclo de la violencia

La violencia conyugal difiere de otras formas de violencia porque ocurre en una pareja donde ambos miembros están en una relación íntima y afectiva. En su relación de dominación, el agresor instala y mantiene el control sobre su víctima mientras se asegura de que no lo abandone. La violencia conyugal no presenta una dinámica en la que ambos actores son a su vez agresores y víctimas. Se trata de la implementación de una serie de estrategias determinadas e iniciadas por el agresor con el fin de dominar a su víctima.

Para aislar a su víctima y cercenar su libertad, el agresor crea silenciosamente, con estrategias, una trampa similar a una tela de araña. Construye deliberadamente, a partir de la repetición del ciclo de violencia, un contexto del que será cada vez más difícil escapar.

EL CICLO DE LA VIOLENCIA

Hay varias razones por las que a algunas mujeres les resulta difícil romper el silencio y cortar el ciclo de la violencia:

  • La esperanza de un cambio en el comportamiento del cónyuge;
  • El deseo de preservar la unidad familiar;
  • El miedo a que le quiten los hijos/as;
  • Las presiones del entorno;
  • El aislamiento social;
  • La falta de recursos económicos;
  • Las amenazas serias;
  • El miedo a sufrir represalias contra ella misma, sus hijos/as, familiares o mascotas;
  • El chantaje del suicidio del cónyuge;
  • La falta de conocimiento de sus derechos;
  • El miedo a perjudicar al cónyuge (expediente judicial, pérdida del trabajo).
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